Posar para mí es algo natural y que me gusta mucho. Jamás me cohibí de salir en una fotografía o video, sin embargo, no todo siempre fue así. Hace varios años atrás tenía problemas con mis dientes, a pesar de que tenían muy buena forma, era puntual con mi odontólogo, el color de mi dentadura no era el más idóneo para ser visto en una fotografía que durará toda la vida.
De verdad que siempre fui una chica sumamente fotogénica, de cuerpo envidiable, porque me cuido muchísimo, con el único problema de que yo no estaba conforme con el color de mis dientes. Me gusta muchísimo sonreír, creo que es mi gancho por excelencia, pero cuando se trata de fotografías, antes prefería cerrar la boca de manera que pudiera disimular lo amarillentos que eran mis dientes.
Para bajar un poco la impresión que podía causar con su color, decidí recurrir al truco del labial oscuro, con el cual pudiera disimular un poco lo opaco de mis dientes y poder lanzar una media sonrisa a la cámara. Descarté por completo los labiales claros, por ejemplo, los rosa, crema, entre otros, y me dispuse a comprar solo colores muy intensos como el vinotinto, el rojo o el marrón. Al principio no tenía problema alguno con usarlos, pero en determinado momento no deseas usar maquillaje y, por ende, el estrés volvía a mí por la razón de que mis dientes oscuros podrían notarse mucho.
Por supuesto que ante esta situación, preferí dejar de tomar vino tinto, café negro o con muy poca leche, infusiones oscuras, entre otras bebidas y comidas que me dieran la sensación de que podían escurecerse mucho más mis dientes.
En dos oportunidades quise realizarme un blanqueamiento dental; el problema estuvo en que no toleré el tratamiento en uno de mis dientes. Ello me causó mucho malestar y una reacción que me hizo desistir de mi idea. La segunda vez que consideré hacer el intento nuevamente, me sucedió lo mismo. Así que comprobé que lo mío no era hacerme tal blanqueamiento, por los efectos colaterales que causaba en mí.
El problema de los blanqueamientos es el uso de productos químicos a los cuales yo era sumamente alérgica. Un día conocí Alta White, un tratamiento de gran efectividad con el que pude darle remedio a la apariencia de mis dientes en pocos minutos.
Algo que me hizo engancharme con este producto es que es totalmente inofensivo y sumamente fácil de usar sobre nuestros dientes. Viene en un kit de sencillo uso y lo mejor es que tu sonrisa blanca y reluciente será una realidad. ¡Me encanta!
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